Una dedicatoria para mí: Maratón

Siempre que corres tengo la adrenalina a mil, porque sé lo que representa para ti.
Pero en estas dos ocasiones ha ido más allá de la simple empatía.
He reafirmado que el amor, además de tantas cosas, que ya he intentado describir, es también humildad en su máxima expresión. Ese día, cuando llegaste, hubiera podido levantarte en mis brazos de haberme tocado. (Un asunto ahí hasta escultórico, como cuando la Verónica recibe a Jesús).
(Salento Trail) Cuando estábamos en ese bordito de la calle y me vi sin ningún escrúpulo ningún cálculo ahí agachada ante vos y tratando de quitarte los zapatos, las medias...Esa sensación de lo irracional que lo embarga a uno.
Hay un momento, una milésima de segundo en que te miro y te siento, como si tu alma me ocupara.
Ayer (en la Maratón), otra vez ese momento, pero se extendió más allá de la milésima.
Fue como si pudiera sentir tu cansancio, tu dolor.
Me embargó una sensación de querer cambiarme de cuerpo para que no lo siguieras sintiendo. Te prometo que si se pudiera, lo habría hecho.
Creo que es de las sensaciones más primarias, más inexplicables y más bonitas que he vivido.

Vos has sido una escuela de emociones para mí y vivir ese momento con vos, con ustedes, verte a los ojos durante esos segunditos y poder sentir ese nivel de empatía y de eso que no sé describir... De qué otra manera podría llamarse...

Ese instante de la meta de Julián, ese salto que dio con sus últimas reservas de energía, su abrazo con Cla, y ese momento tan íntimo que me permitió presenciar...

Estar allá fue una experiencia tan hermosa, tan conmovedora, un alimento para el alma como comerse un banquete... 
La vida me sigue sorprendiendo y me demuestra que estoy viva para vivir momentos como esos que se vuelven eternos.

Escrito por Cata

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